Estamos a punto de despedir el verano, una estación en la que a veces nos salimos de la dieta habitual, comemos fuera de casa más veces que de costumbre y modificamos muchos de nuestros hábitos diarios. Y todo ello se deja notar en nuestro cuerpo. Ya no sólo en algún kilo de más 😬 sino, sobre todo, en el equilibrio general de nuestro organismo, que requiere de ciertas rutinas para acostumbrarse de nuevo a lo de siempre.
Y la alimentación juega un papel fundamental en ese vuelta al equilibrio, puesto que la nutrición es la base de toda la actividad del cuerpo. Y es por ello que alimentos como el AOVE nos ayudan a recuperar ese equilibrio en la salud tras el verano.
¿Cómo? Aunque son muchas más, te hablamos a continuación de 4 formas en las que el AOVE te ayuda a recuperar el equilibrio después de la época estival.
1. Mejora nuestra microbiota intestinal
A estas alturas ya todos sabemos lo importante que es cuidar la microbiota de nuestro intestino. Los conocimientos actuales han constatado que puede influir en la digestión, el sistema inmunitario e incluso en el estado de ánimo. Cuando el microbioma intestinal está equilibrado, las bacterias producen muchas moléculas y metabolitos beneficiosos que se sabe que son útiles para el organismo.
Y el consumo de AOVE hace que se desplacen ciertas especies bacterianas presentes en el intestino, favoreciendo la colonización por especies más beneficiosas. Al distribuir mejor, por así decirlo, las bacterias en nuestro intestino, mejora nuestro bienestar y la salud del aparato digestivo.
2. Regula el tránsito intestinal
Es una funcionalidad del aceite de oliva virgen extra muy relacionado con lo anterior, ya que el AOVE tiene la capacidad de modificar la flora intestinal, además de tener efectos antiinflamatorios. Por un lado mejora la digestión. Al ser rico en vitaminas E y K y ácidos grasos omega 3 y 6, mejora el proceso de la absorción de nutrientes y la digestión de los alimentos.
Y, por otro, su cualidad lubricante facilita el tránsito intestinal. Es decir, que nos ayuda a prevenir el estreñimiento, otro problema muy habitual después de estar fuera de casa durante algún tiempo o cambiar nuestros hábitos diarios en general y alimenticios en particular.
3. Protege nuestra piel desde dentro y desde fuera
A nadie se le escapa que el aceite de oliva virgen extra ha sido usado desde antaño en la protección e hidratación de la piel. Y es precisamente tras el verano cuando nuestra dermis está más sensibilizada y deshidratada. Los efectos del calor y la exposición solar se dejan notar precisamente ahora, cuando se acerca el otoño. Y por eso es importante hacer que recupere su equilibrio.
En este sentido, los componentes y propiedades del aceite de oliva virgen extra cuidan tu piel desde dentro nutriéndola e hidratándola. De hecho, el hidroxitirosol presente en él es un buenísimo antioxidante. Y numerosos estudios científicos están demostrando beneficios como la ralentización del envejecimiento celular. Pero también es un producto cosmético natural de uso tópico totalmente recomendable para recuperar la suavidad de la piel después del verano. Como decimos: cuida nuestra piel desde dentro y desde fuera.
4. Nos protege frente al estrés
La vuelta a las rutinas de siempre también suele suponer para muchos de nosotros estrés y ansiedad. Nos vemos abocados a la realidad de la vida cotidiana -trabajo, horarios…- y, a veces, nos cuesta adaptarnos.
Pues bien. Se ha demostrado científicamente que el consumo de AOVE mejora la producción de las encefalinas cerebrales, responsables de mejorar los síntomas en situaciones de estrés.
Dicho de otra forma, la ciencia también ha podido constatar que la incorporación del AOVE a la dieta diaria contribuye a generar las sustancias que proporcionan bienestar.
¡Volvemos a la rutina! 💪💪💪