Pues vivimos un año más la cuaresma. Y, como nos gusta deleitarnos con platos donde no falta el aove, hemos pensado en un menú de cuaresma donde está muy presente.
La tradición de la gastronomía de Cuaresma es antigua y está ligada al cristianismo. Pero la vivamos como la vivamos, la cuestión es que propone delicias y platos tan conocidos por todos como el potaje de cuaresma y otras exquisiteces. Todas ellas (o casi todas) muy unidas a ingredientes naturales y tradicionales como el aceite de oliva virgen extra.
Sobra decir que las recetas más tradicionales de esta época del año incluyen platos contundentes –por aquello de los días de ayuno– donde, el pescado, fundamentalmente el bacalao, tiene un papel protagonista. También hay platos más ‘humildes’, más propios de las etapas históricas de escasez en los que la alimentación tenía que basarse en productos más económicos, como patata y ajo.
Y vamos con nuestro menú de cuaresma
DE PRIMERO, ensalada de bacalao y naranja
Como no vamos a optar por un potaje con bacalao, lo ponemos en el entrante. El remojón andaluz, que también es el nombre de esta ensalada, es de origen árabe según algunas fuentes. En un plato sencillo con naranjas, aceite de oliva virgen extra y bacalao u otro pescado de nuestra elección. Riquísimo, ligero y saludable.
DE SEGUNDO, potaje de vigilia con marisco.
Ya hemos dicho antes que el pescado es importante en los platos de cuaresma. Y el bacalao es, sin duda, el que tiene más tradición en los platos de cuaresma. El Potaje de Vigilia, como este que hemos compartido en el enlace de Directo al Paladar, se suele elaborar con garbanzos, bacalao y espinacas. Pero nosotros apostamos por un potaje de marisco, que sigue respetando lo de no incluir carne.
DE TERCERO, leche frita
Y qué decir del dulce. Tan importante en Cuaresma y en Semana Santa. La leche frita es hoy nuestra elección, por aquello de que quedan deliciosas elaboradas en aceite de oliva virgen extra. En esta receta que enlazamos nos dan consejos de cómo hacerla para que quede para enmarcar. A base de leche, azúcar, y harina de maíz, la leche frita es uno de los dulces tradicionales favoritos. Es fácil, cremoso y rico en aromas como el de canela o los cítricos, si los usas para darle el toque especial.
¡DELICIAS CON AOVE SIEMPRE! 😉