Para conseguir una masa de pizza bien hecha, además de comprar una harina de fuerza que lleve incorporada levadura, sólo necesitamos agua, aceite de oliva y sal. No lo decimos nosotros sino los expertos pizzeros italianos. De hecho, el aceite de oliva virgen extra no sólo es necesario en la elaboración de la masa sino que nos ayuda a conservarla hasta que la cocinemos como tal.
¿Cómo hacerla?
Mezclamos 250 gramos de harina de fuerza con levadura y una pizca de sal.
Añadimos un vaso pequeño de agua y dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
Removemos con una cuchara de madera hasta que la masa vaya cogiendo consistencia (también podemos usar un robot de cocina).
Espolvoreamos harina en la encimera o tabla donde vayamos a amasar y pasamos a aplastar la masa, estirándola del centro hacia afuera varias veces.
Una vez preparada la masa, metemos la bola en un cuenco de cristal con un poco de aceite para que no se pegue y tapado con plástico y metemos en la nevera. En ella ira fermentando y duplicando su tamaño y la podrás usar al día siguiente.
3 cucharadas soperas o 25 ml de aceite de oliva virgen extra son ideales para una pizza de tamaño medio
Y, dicho esto, vamos con esas
3 razones por las que no puede faltar el aceite de oliva en tu pizza
1) Porque el aceite protege la masa de la pérdida progresiva de agua, lo que evita que se endurezca demasiado durante el horneado y una vez se enfríe. Y usando aove este efecto es más significativo. Al agregar aceite de oliva a la masa, logramos una masa más suave y elástica para facilitar su manipulación. Y ayudamos a mejorar el volumen de la masa.
2) Porque el aceite de oliva, y sobre todo el virgen o el virgen extra es la mejor opción, ya que tiene un sabor más intenso y aporta beneficios adicionales para la salud. Es decir, tendremos una pizza más saludable y nutritiva que si usamos otra clase de grasas.
3) Porque, si además de en la masa, extiendes un poquito de aove en la base de la pizza antes de añadir los ingredientes que quieras, conseguiremos una sabor extra, el frutado propio del aceite de oliva que hayamos usado. O incluso podemos optar por usar aceites de oliva aromáticos, que aportarán un plus de sabor a la pizza, focaccia o similar que hagamos con nuestra masa.
