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3 razones por las que es bueno conservar alimentos en aceite de oliva

3 razones por las que es bueno conservar alimentos en aceite de oliva

No es la primera vez que os hablamos de cómo elaborar conservas con aceite de oliva virgen extra. Y es que hacer conservas caseras es una manera de preservar alimentos perecederos, aprovecharlos y, por tanto, evitar un desperdicio alimentario no deseable. Pero es que, además, conservar en aove nos permite disfrutar durante todo el año alimentos de temporada como el tomate o la alcachofa.

Por eso hemos resumido en 3 las razones por las que es una buena opción conservar alimentos en aceite de oliva.

Protege los alimentos conservados de microorganismos y bacterias

Al conservar los alimentos en aceite, estos permanecen intactos durante un periodo de tiempo mayor. Y ¿por qué es así? Porque el aceite de oliva virgen extra tiene un alto índice de polifenoles y vitamina E,  que le proporciona esa propiedad conservante frente a microorganismos. En concreto, los polifenoles tienen una actividad antimicrobiana contra un amplio espectro de patógenos presentes en los alimentos.

Podemos consumir alimentos fuera de temporada sin problema

Es otro beneficio claro de conservar esos alimentos que tanto nos gustan. Sobre todo si estos son de temporada y no es posible consumirlos tan frecuentemente porque es difícil encontrarlos el resto del año. La conservación en aceite de oliva nos permite almacenar una determinada cantidad de producto y prepararlo en conserva para poder repartir su consumo en esos momentos que mejor nos vienen.

Los alimentos ‘ganan’ las cualidades saludables del propio AOVE

El contacto de esos alimentos con el aceite de oliva les aporta todos los beneficios propios de esta grasa saludable. Lo que conservamos también ‘gana’ en cierto modo las cualidades antiinflamatorias y antioxidantes propias del aceite de oliva virgen extra.

Y dadas las razones para conservar alimentos en aceite de oliva, te recordamos ciertas cautelas para que la conservación sea la más adecuada:

1)Esteriliza los botes o recipientes donde vas a hacer la conserva. Mejor si son de cristal y las tapaderas de acero inoxidable.

2)Conserva alimentos frescos y limpios.

3) Pela, escalda o cocina los ingredientes o alimentos que quieres conservar.

4)No llenes los tarros totalmente.

5) Si los alimentos que conservas son ácidos (como el tomate), se sumergen en agua hirviendo entre una y dos horas en una olla convencional. Si se trata de alimentos poco ácidos (como las guindillas, judías verdes o espárragos), mejor usar una olla a presión y cocer  los tarros entre 20 y 60 minutos.

6)Pon los tarros boca abajo mientras se enfrían para comprobar que el cierre es hermético.

7)Una vez frías las conservas, almacénalas en un lugar fresco y seco, etiquetadas con el producto y la fecha de elaboración.